Hace dos fines de semana pudimos
asistir a nuestro primer mercadillo como vendedoras en el precioso pueblo de
Güéjar Sierra (aquí en Granada).
Hemos estado corre-que-te-pillo
porque ya os contamos que teníamos muchas dudas sobre qué llevar, cómo
organizarlo y si nuestros amigurumis iban a gustar/venderse o no. Al final nos tiramos a la piscina y una vez
concedido el puesto nos pusimos a preparar los detalles que nos faltaban
(porque vivimos con la sensación constante de que se nos olvida algo, ¿a
vosotras os pasa?)
El fin de semana fue de no parar
y nos ganamos nuestro primer bronceado (más bien rojo gambón del cantábrico)
pero nos lo pasamos como enanas, viendo que a las mujeres del pueblo les
encantaba que gente joven hiciese ganchillo “tan bonico y tan parejo” (¡viva el
tópico de que el ganchillo es para abuelas!), viendo como los más peques de la
casa se quedaban enamorados de nuestros muñecos (incluso algunos tuvimos
“ayudándonos” los dos días) y conociendo a artesanas fantásticas que hacen
verdaderas monerías a las que no nos pudimos resistir.
La verdad es que nosotras no
esperábamos tan buen recibimiento por parte de la gente, ni esperábamos que el
mercadillo estuviese tan bien organizado. Pero si tuviésemos que poner nota a
la organización ¡del 9 no bajaban seguro! Un sitio bonito, con gran implicación
por parte de la organización y de los vecinos, que no sólo pasaban, se paraban
y nos preguntaban por nuestros productos,
sino que participaron en multitud de actividades en las que el zoco fue
la traca final.
Si pasáis por nuestra página de
Facebook podréis ver las fotos que nos echamos en nuestro puesto y podréis, de
paso, ponernos cara :)
¡Un besazo lanudo!
