¡Hola todos!
Como os dije la semana pasada en mi
último post, a partir de
esta semana os voy a poner al día ya que ha pasado el mercadillo que tan
destartalada me tenía.
Y está es la primera entrada que tenía en el tintero: EL
AMIGO INVISIBLE NAVIDEÑO QUE LLEGÓ PARA PRIMAVERA (Y DEL QUE NO SE SUPO HASTA
FINALES DE ABRIL)
(Bueno entremos en faena) Éstas navidades me apunté a un
amigo invisible entre distintos blog que organizaban las chicas de
Nuestras Cositas Ricas,
un amigo invisible del que tenía muchas dudas ya que era la primera vez que lo
hacía y no quería quedarme corta enviando (cosa que creo que ha pasado al ver
lo que me han enviado a mi :/)
Durante todas las navidades estuve esperando mi paquete para
ver quién era mi amiga invisible, pero pasaron las navidades sin que yo
recibiese nada; así que a finales de Enero (si no recuerdo mal) contacte con
Sara, la cabeza pensante de Nuestras Cositas con la que había hablado para el
amigo invisible ya que, ni yo había recibido mi regalo, ni tenía noticias de
que mi paquete hubiese llegado a su destino. Después de unas averiguaciones y
ponerse en contacto con las implicadas, pude saber que mi paquete había llegado
y que mi regalo se había enviado.
Gracias a ese misterioso e indignante agujero negro que es
Correos, nunca me ha llegado mi primer regalo,
pero Silvia de
Pequeños Detalles, que es un
amor, me envió otro paquete que me llegó a mediados de Marzo (¡Justo para mi
cumple!)
En el paquete, nada más abrirlo, me encontré con este balcón
(que es una tarjeta en la que Silvia me hablaba un poquitín sobre ella) y esta casita, que me enamoraron completamente
por el gusto, la delicadeza y el cariño con las que estaban hechas.
Además de estas dos
preciosidades handmade (junto con otras monerías que veréis en la siguiente
foto), me envió muchísimos materiales y cositas para trabajar que me han vuelto
loca (y que hacen que quiera usarlos y no quiera gastarlos a la vez). Entre
ellos: lazos, washi-tape, encajes, imperdibles y cositas en tonos rosas, camafeos,
perlas, cristalitos… En resumen, un mini-paraíso metido en una caja verde de
correos.
Por último, (y cuando yo creía que ya Silvia no podía
sorprenderme más) al final del todo, encontré en la caja este
precioso-maravilloso-genial-fantástico-estupendo-y-adorable kit de sellos, que
a todas las que les enamore Gorjuss como a mí, verán que es una auténtica
locura.
Así que sin más sólo me queda dar las gracias a Sara, por su
paciencia e implicación, ya que ha sido la que ha estado moviendo hilos y
enterándose de lo que había pasado en todo momento; y a Silvia, además de por su pedazo de amigo
invisible, por su generosidad y por amabilidad conmigo :)
¡Muchos besos lanudos!